jueves

HANGARES, EL HOGAR DEL LOBISHOMEN




























En Hangares, Fernando Paciencia nos cuenta que la línea de la luz pasa por debajo de sus casas pero los casi 100 vecinos de este poblado tienen que iluminarse con motores de gasoil. Mientras desmonta uno muy viejo, habla sin rencor en un portugués muy cerrado de la situación de abandono en la que se siente, "...parece que no somos portugueses".
Al final de uno de los dos caminos de arena del poblado, casitas bajas, algunas de madera y jardines muy bien cuidados con detalles surrealistas, la Asociación de Moradores dos Hangares ofrece por apenas 2 € un par de cervezas frescas con un estupendo plato de gambas (detalle exclusivo para los visitantes), en un patio en el que cinco parroquianos hablan de pesca y un par de adolescentes miran aburridos la pantalla de un portátil...

2 comentarios:

misionera dijo...

De donde sacas estas fotografías?no había oido hablar nunca de esto pero mira por donde estoy descubriendo cosas nuevas a través de tu blog.
Me gustaría que hicieras algún comentario sobre estas fotos porque en realidad no sé de que van solo sé que estará en Portugal, por lo de Rua pero así y todo no llego a más.Besazo Antonio.

misionera dijo...

Gracias una vez más, es muy curioso por un momento casi creo que la foto era de la que era mi casa en Cabezudos, porque se parece bastante, creo que viajas bastante y eso es por lo que descubres estas cosas tan curiosas pero que tanto merecen la pena saber que existen para que valoremos de alguna forma todo lo que nosotros aquí tenemos y no le damos ningún valor.
En estos tiempos que corren resulta poco creible o improbable que pueda existir gente que todavía vive en esas condiciones y lo mejor de todo es que esa gente sea feliz con ese tipo de vida, ahí creo que habita el encanto de todo lo natural que es lo que verdaderamente enriquece a las personas.Un Saludo Antonio.