La Higuerita
Permítanme que hoy, desde una esquina encharcada, rodeado de alcaldes llorones que echan la culpa a los otros de sus incompetencias y limitaciones y de una oposición que prefiere ver al país hundido en la miseria porque cree que eso le permitirá gobernar, no hable de política… Hoy, ya en cuaresma, no hay nada mejor que hablar de carnaval…
Ni crisis ni vendavales han impedido que la gente se eche a la calle a divertirse, a desfogarse,… Impresionado vengo de Isla Cristina… No voy a ser yo el que les hable de un pueblo que en estos días se echa el mundo a la espalda y ocupa las calles disfrazado, con una guasa que no corta ni el frío ni los bolsillos tiesos… Ya ustedes lo saben… Uno de La Higuerita me contó una vez que en el tiempo del hambre vendió una hornilla de gas con la que hacía de comer para irse de juerga… Eso son ganas de vivir…
Reconforta ver una marea humana de todo el espectro de edades, colorida y bullanguera, ajena a los debates parlamentarios, inasequible a la depresión a la que nos empujan banqueros y políticos grises, aburridos, cansinos, repetitivos, cínicos,… Nada ni nadie, parecen decir, nos van a quitar la alegría de vivir, de reírnos de nuestra sombra y de vosotros…
Digo que impresionado vengo de Isla Cristina, porque anoche estuve en el entierro de la sardina y me pareció espectacular… Cada pueblo vive lo suyo y aquí, en nuestra comarca, estaréis conmigo, en carnavales a la gente del pueblo de al lado no hay quién les eche el pie adelante… Los de Ayamonte somos insuperables con la Semana Santa y los de Lepe con las romerías… Es así, y digo yo que tiene que ver con nuestras propias idiosincrasias de las que cada uno está muy orgulloso, y que eso es bueno porque vivimos en una comarca diversa con ofertas diferentes a lo largo del año… Como ahora toca carnavales, me saco el sombrero con los de Isla…
En fin, disfruten de lo que queda que esto todavía no ha acabado,… pero no pierda de vista por el rabillo del ojo lo que se cuece entre los aburridos políticos, para que cuando toque también nos tengan en la calle gritándoles cuatro verdades…
¡Qué tenga usted un buen día!...
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