miércoles

LA ESQUINA. SER COSTA DE LA LUZ. 29.04.10

El velo

Hola, ¿qué tal está? A lo mejor a usted como a mí, acostumbrados a ver cosas muy raras encima, y especialmente dentro, de las cabezas de mucha gente, le sorprende que una chiquilla con un velo haya sido capaz de montar tamaño revuelo… Sesudas reflexiones en los periódicos y agrios debates en las radios, además de ser expulsada del colegio y despertar los siempre expectantes sentimientos xenófobos…
Es que se trata de un símbolo religioso, nos dicen, que discrimina y oprime a la mujer… Es cierto que nosotros nos rebelamos mucho contra la presencia de símbolos religiosos… Siempre que no se traten de alzacuellos, hábitos monjiles y grandes cruces cristianas, claro,…
Ironías aparte es verdad que el asunto requiere una profunda reflexión y una más urgente decisión… Descorramos, pues, tupidos velos…
En primer lugar, aceptemos que tenemos una asignatura pendiente, y van unas cuantas, en este país: la completa y definitiva separación entre la Iglesia Católica y el Estado… Enormes intereses, económicos por un lado y electorales por otro, se alían para mantener los privilegios de una determinada religión, argumentando casi siempre el temible fantasma de las tradiciones… Pero, si hemos aceptado ser un Estado laico, sustentado por una Constitución fruto de la sacrosanta Transición, ¿no sería mejor empezar por eliminar funerales católicos de estado, inauguraciones de edificios públicos con hisopos y el paseíllo de alcaldes tras las procesiones, antes de arremeter contra una chiquilla de 16 años?…
Por supuesto, que abogo por la desaparición de los símbolos religiosos de los espacios públicos, pero en este caso se trata de una expresión personal, aunque pudiera ser impuesta familiarmente (en cualquier caso, se trata de una menor), en el que se ha tomado una decisión extrema sobre la que debiera haber prevalecido un principio superior: el derecho de todo menor a estar escolarizado… Este principio está por encima incluso del derecho reconocido de los centros escolares a elaborar sus propios reglamentos internos…
Por tanto, debiéramos distinguir entre terreno público en el que todos nos movemos y esfera personal, en la que cada uno decidimos lo que nos ponemos encima de nuestros cuerpos, con la única limitación de que la prenda no atente contra la dignidad y la libertad individual de los demás… Perdonen mi inocencia, pero creo que un velo en la cabeza de una adolescente no agrede las creencias de nadie… Yo he visto peinetas y velos en determinados desfiles que me han hecho más daño, aunque haya sido estético…
Terminemos, también, con un tópico muy manejado por los animadores de la controversia, y es que, dicen, la aparición de este tipo de vestimenta constituye una polémica por sí misma… En Almería, o en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, llevan años con velos por las calles sin que se haya montado ningún altercado parecido a este…
Serenemos, pues, los ánimos, dejemos de agredir, esta vez sí, con cámaras y micrófonos a la menor del velo, y distanciémonos de posturas hipócritas para caminar hacia una comunidad equitativa y respetuosa con todas las opciones personales…

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