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LA REALIDAD DE UNO ES MAS GRANDE QUE LA FANTASÍA DE CUALQUIERA.
Hola, ¿qué tal está?... Entre sobresaltos futbolísticos y malas noticias económicas… Así agotan sus horas estos primeros días del que ya nos amenazan como un largo y tórrido verano…
Me pasa que, a veces, soy incapaz de distinguir cuando se discute de una u otra cosa… Para empezar, el discurso triunfalista de los que hace unos días nos tenían por campeones del mundo sin jugar un solo partido parece calcado de aquel que nos prometía pleno empleo y exigía una silla entre los países más ricos del mundo tan solo unos meses atrás… Estos que ahora no reconocen a la que antes era su selección y dudan de su clasificación siguen el mismo esquema discursivo de los que abaratan el despido y recortan logros sociales en nombre de los sacrosantos mercados…
Los mercados siguen metiendo goles sin parar a un gobierno agarrotado, sin cintura, que parece tan cansado como esa selección que prometía un camino de rosas hasta la final, pero que da preocupantes síntomas de agotamiento y falta de ideas… ¿Dónde quedó el juego bonito? ¿Dónde el no daremos un paso atrás en nuestras conquistas sociales?
Hemos sido tan optimistas, antropológicamente hablando… Hemos estado tan seguros de nuestras posibilidades… Ha sido tan bonito vivir en el País de Nunca Jamás qué nos está costando mucho esfuerzo aceptar la realidad… En eso, confesémoslo, nos parecemos casi todos a Zapatero…
Fíjese el sarcasmo,… Ha tenido que ser un país de banqueros, Suiza, en el que posiblemente haya tanto dinero español escondido, el que nos ponga los pies sobre la tierra… Dicen, los que parece que saben, que después de ese tropiezo quizás, ahora sí, podamos llegar a la final… Igual si todo esto nos ha servido para darnos cuenta que la cuestión fundamental no es que todo el mundo tenga un bmw en el garaje del chalet de la playa… Que es necesario estudiar, formarse, aumentar la productividad, investigar nuevas estrategias,… para avanzar y salir de este marasmo… Quizás así estemos en el camino de salida…
Tengo la sensación, anímica, y puede que no solo esa, de estar montado en una montaña rusa en la que nadie quiere echar el freno con suavidad cuando todavía estamos a tiempo de no estrellarnos… A veces creo que el subidón de adrenalina no compensa el bajonazo en el que al final acabamos metidos…
En fin, tengamos esperanza… Siempre nos quedará Iniesta…
Hola, ¿qué tal está?... El humor gráfico, la viñeta, el chiste… es capaz con poquísimos recursos, a veces incluso sin palabras, de retratar la realidad de forma tan certera o más que sesudos y largos ensayos periodísticos… Hace unos días veía yo uno, que no por esperado, dejaba bien clara la situación, política, económica y, especialmente, social que vivimos en estos momentos…
En el chiste se ve a Zapatero con grandes ojeras exclamando ¡Por fin, llegó el Mundial!... Y es que pocas veces un campeonato de fútbol será tan oportuno para un gobierno en decadencia como este… No porque vaya a arreglar nada, sino porque durante un mes desviará la atención de algunos de nuestros problemas más graves… En fin, que se hablará y, puede que, se notará menos la crisis…
No le digo ya si España alcanza la final… Entonces populares, socialistas, nacionalistas,… incluso se fundirán en un abrazo, poniéndose por una vez de acuerdo… No es que lo critique, yo también me abrazaré con quien haga falta… No es nada nuevo tampoco, hace mucho que el fútbol desplazó a la religión como opio del pueblo, y las drogas, ya se sabe, confunden la realidad…
Pero estará de acuerdo conmigo en que parece inmoral que mientras se recortan salarios y pensiones estos deportistas vayan a cobrar primas millonarias por un mes dándole patadas a un balón… Y me da igual quien ponga el dinero, a fin de cuentas todos deberíamos arrimar el hombro…
Si tenemos que llamar al pan pan, tendremos que reconocer que el fútbol es una galaxia privilegiada que consentimos porque, quizás, en algo hay que creer o porque necesitamos identificarnos con algo que no nos esfuerce demasiado las neuronas… A fin de cuentas basta un televisor, un grupo de amigos y algunas cervezas para pasar un rato divertido…
Es verdad, que la crisis parecerá menos si gana España… pero de cualquier manera, no deje que las vuvuzelas le nublen los sentidos, cuando el árbitro pite el final del partido la realidad seguirá ahí… Si no ha llegado ya después de la cura de humildad….
Ayer, por la necesidad de dar una respuesta rápida a esas atrocidades que ocurren a diario en este mundo del diablo, concurrieron, a la misma hora, dos concentraciones diferentes en la onubense Plaza de las Monjas. Una, convocada por la Asociación Mesa de la Ría, para reivindicar una solución definitiva al problema ambiental y sanitario que suponen los fosfoyesos vertidos, con la connivencia sin disimulos de los poderes públicos, durante décadas en las Marismas del Tinto; y la otra, convocada por la Asociación Pro Derechos Humanos, en protesta por la barbarie sionista y el recién perpetrado atentado terrorista del Estado de Israel contra la llamada “Flotilla de la libertad”.
Yo, que soy de los que piensa que es preciso unir fuerzas contra la barbarie, sea del tipo que sea, hasta consolidar una respuesta global en la que todos nos impliquemos en tratar de dar o forzar soluciones a los problemas que afectan a los demás y no sólo en aquellos que sufrimos en carnes propias; yo, que creo que, para avanzar en la consolidación de un movimiento ciudadano con capacidad de influencia en las decisiones tantas veces aberrantes tomadas en ámbitos políticos, resulta ineludible hacer todo lo posible para enfrentar y derrotar la estrategia del “divide y vencerás” que utilizan contra las reivindicaciones ciudadanas los poderes fácticos, acudí al lugar de la cita tan feliz como un niño que piensa correspondido el amor que profesa a su profesora de matemáticas.
Pero todo se truncó en un instante. Y me resulta muy doloroso lo que tengo que referir al respecto, pues Aurelio González, vicepresidente de la Asociación Mesa de la Ría y triste protagonista de los hechos que voy a relatar, es una persona a la que durante un tiempo tuve un gran aprecio y con la que, en su momento, compartí algunas luchas y sinsabores. Y es que Aurelio, con todo su descomunal ego encaramado al púlpito de su lucha particular, al modo en que lo haría un nefasto pastor sectario, conminó a marcharse de la Plaza de las Monjas, un espacio público que debería ser patrimonio de todos los ciudadanos, a aquellos que estaban allí por la causa Palestina, muchos de los cuales, si no todos, también lo estaban por la defensa de una Huelva más saludable y respetuosa con el medio ambiente. Y lo hizo con el argumento de que era inadmisible que algunos portasen banderas con el emblema del Partido Comunista de España. Y no contento con ello, unos minutos después, se dirigió a los miembros de las fuerzas de seguridad del Estado, en una conversación cuyos términos desconozco, pero que, por los gestos de aquella plática y por la posterior actuación policial, observándonos y tomando notas, imagino que iba en la misma dirección que su desafortunada intervención inicial. Pero, bueno, esto último sólo son conjeturas.
Ciertamente yo nunca he sido un buen amigo de las banderas, siempre he pensado que, en nombre de estas, muy a menudo, se ha asesinado, se han declarado guerras, se ha masacrado a los pueblos. Por ello nunca las he portado. No obstante, también soy de la opinión de que hay que ser tolerante con aquellos que deciden ir con su emblema por delante y no suponerles de antemano que son unos desalmados dispuestos a perpetrar desmanes de algún tipo, más aun cuando de lo que se trata es de reivindicar un mundo más justo y solidario. Aurelio, con su acción, no hizo más que demostrar su intolerancia y evidenció que, de poder ser llamado representante de algo la actualidad, sólo puede serlo del “divide y perderás” al que algunos se abrazan con el único objetivo de dar pábulo a su ego y sin importarles ni un ápice las razones por las que luchan aquellos que los eligieron para representarlos. Con “líderes” de este tenor, así luce el pelo al movimiento ciudadano onubense.
Aurelio, el pueblo Palestino, las familias de los muertos de la “Flotilla de la Libertad”, el movimiento ciudadano de Huelva, sin duda, habrán de estarte eternamente agradecidos por tu gesto. Aurelio, “yes we, can”, el movimiento ciudadano de Huelva aún puede hacerlo, aún podemos, pero para facilitarnos el camino, Aurelio, “go home”.
Rafa León.
Original en su blog "Las alas del lobo" (dirección en enlaces)