Hola, ¿qué tal está?... Me va a permitir que hoy aproveche la metedura de pata del alcalde en un reciente pleno para reflexionar sobre la incapacidad de los humanos en general y de los políticos en particular para pedir perdón…
Supongo que sabrá que me refiero al comentario de Rodríguez Castillo cuando dirigiéndose a la bancada popular, y más concretamente a la concejala Gertrudis Pereira, dijo aquello de Está usted acostumbrada a que la traten al palo…, o algo parecido… Quién conozca el violento episodio del que fue víctima Gertrudis no hace mucho tiempo estará de acuerdo conmigo en que el comentario es cuando menos desafortunado…
Aunque no conozco mucho a la persona de Rodríguez Castillo, si lo suficiente para asegurar que no tuvo mala intención y que se trató solo de un lapsus lingüístico infortunado que sacado de contexto de forma interesada por el PP se ha convertido en un culebrón veraniego poco edificante…
Lo que podría haberse resuelto con un Lo siento, no ha sido mi intención se complicó por la obstinación del alcalde en explicar una metedura de pata verbal, muy propia por cierto de incontinentes… En definitiva, quién mucho habla mucho se equivoca…
Estará de acuerdo conmigo en que, especialmente cuando no tenemos razón, es mucho más fácil y honesto reconocer el error que intentar elaborar una complicada teoría para excusar nuestra equivocación… Además de que se pierde mucho tiempo y energía, casi siempre se nos reconoce la mentira…
Esta incapacidad para pedir disculpas que parece consustancial al género humano, se hace típica y tópica en los políticos… Cuente usted cuántos de estos, incluso pillados in fraganti, se han dirigido a sus paisanos para reconocer la equivocación y pedir disculpas y seguro que le sobran dedos de una mano…
Sostenella y no enmendalla parece ser uno de los primeros consejos del Libro de Estilo de la clase dirigente… Puede que la soberbia y la arrogancia den más votos que la humildad, y de eso, lamentablemente, tenemos ejemplos en la reciente política ayamontina, pero yo en mi inocencia prefiero dormir con la conciencia tranquila sin deberle disculpas a nadie…
¡Ah!... Y perdone si con este comentario le he alterado su descanso veraniego…
2 comentarios:
Buena, chaval
El señor alcalde no sólo no pide perdón sino que se enreda en explicaciones para estar siempre en posición de la verdad. Independientemente que no fuera su intención de ofender a la concejala, en el mismo momento de decir esa burrada para y... perdón Jertrudis perdón... hubiese quedado como algo anecdotico.
Antonio Castillo cada vez se parece más al anterior alcalde prepotente y soberbio sólo queda por oirlo decir "porque lo digo yo y punto". Espero que con este comentário no ofenda a nadie, de ser así mis disculpas anticipadas.
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