Un largo y frío invierno
Y, de pronto, llegó el invierno… Como en la vieja canción de Ilegales, el norte se llenó de nieve y frío, y llovió en nuestro sur como debe llover, de arriba abajo y sin pausa, como no lo había hecho en todo el año… Una vez más las carreteras se colapsaron, los viajeros se quedaron en las estaciones, la luz se fue y la oposición le echó la culpa al gobierno…
Y otra vez al todopoderoso homo sapiens, capaz de arrasar montañas y de cambiar el curso de los ríos, la naturaleza desatada le recuerda que estamos a merced de sus designios, que es un grano de polvo más al pairo de los temporales…
Y el orgulloso rey de la creación, de flaca memoria, al que un temblor levanta miedoso de la cama una madrugada, tras el lloriqueo vuelve a lo suyo, que no parece ser otra cosa que acabar con lo que se le ponga por delante con tal de satisfacer su insaciable voracidad…
Y en este blanco marco incomparable para las fiestas de la Navidad que nos empuja hacia el calor de las mesascamilla y a la frialdad de los pasillos de los centros comerciales, acaba de celebrarse la Conferencia de Copenhague sobre el Cambio Climático…
Y es que una vez puesta de acuerdo la práctica totalidad de la comunidad científica, incluido el primo de Rajoy, sobre la necesidad de tomar una determinación urgente para cambiar el rumbo y tomar decisiones que puedan mitigar lo que en un plazo de no muchos años dicen que será un desastre: deshielo de los Polos, desaparición de islas y costas, polución descontrolada,… solo faltaba el acuerdo de los políticos,…
Y en Copenhague esperábamos ansiosos que llegara el mesías de piel oscura para poner orden, levantar el cayado y hacer retroceder las aguas que amenazan a los litorales, pero el presidente del mundo se reunió con un chino y con un indio, dejando con el culo al gélido aire danés a los europeos, y decidió que más vale no hacer nada para cambiar todo y que sálvese el que pueda y el que no que le pida plaza a Noé en su arca…
Y en todo ese desastre que fue la organización de la conferencia en un país al que solemos envidiar por ser tan civilizados, tan educados y tan progresistas, el pato lo volvieron a pagar los curritos de a pié, en este caso ecologistas y activistas del medio ambiente que llevan años desgañitándose ante los sordos estadistas sin que estos hagan otra cosa que enviarles a los civilizados policías daneses para que les quiten el frío con sus porras…
Y Obama volvió en su Air Force One a su rico país ovacionado por los riquísimos bancos a los que salvó de la quiebra, Zapatero que parece que estuvo allí aunque nadie le vió volvió a hacer gala de su inquebrantable y empalagoso optimismo en su país de cuatro millones de parados… y los demás nos quedamos con la sensación de que una vez más nos tomaron el pelo y tenemos lo que nos merecemos, que no es más que un mundo contaminado, lleno de hambrunas y de guerras injustas…
Y esto es todo amigos, disfruten de lo que queda, coman, beban y procreen, y el que venga detrás que arree… Es lo que hay…
Y otra vez al todopoderoso homo sapiens, capaz de arrasar montañas y de cambiar el curso de los ríos, la naturaleza desatada le recuerda que estamos a merced de sus designios, que es un grano de polvo más al pairo de los temporales…
Y el orgulloso rey de la creación, de flaca memoria, al que un temblor levanta miedoso de la cama una madrugada, tras el lloriqueo vuelve a lo suyo, que no parece ser otra cosa que acabar con lo que se le ponga por delante con tal de satisfacer su insaciable voracidad…
Y en este blanco marco incomparable para las fiestas de la Navidad que nos empuja hacia el calor de las mesascamilla y a la frialdad de los pasillos de los centros comerciales, acaba de celebrarse la Conferencia de Copenhague sobre el Cambio Climático…
Y es que una vez puesta de acuerdo la práctica totalidad de la comunidad científica, incluido el primo de Rajoy, sobre la necesidad de tomar una determinación urgente para cambiar el rumbo y tomar decisiones que puedan mitigar lo que en un plazo de no muchos años dicen que será un desastre: deshielo de los Polos, desaparición de islas y costas, polución descontrolada,… solo faltaba el acuerdo de los políticos,…
Y en Copenhague esperábamos ansiosos que llegara el mesías de piel oscura para poner orden, levantar el cayado y hacer retroceder las aguas que amenazan a los litorales, pero el presidente del mundo se reunió con un chino y con un indio, dejando con el culo al gélido aire danés a los europeos, y decidió que más vale no hacer nada para cambiar todo y que sálvese el que pueda y el que no que le pida plaza a Noé en su arca…
Y en todo ese desastre que fue la organización de la conferencia en un país al que solemos envidiar por ser tan civilizados, tan educados y tan progresistas, el pato lo volvieron a pagar los curritos de a pié, en este caso ecologistas y activistas del medio ambiente que llevan años desgañitándose ante los sordos estadistas sin que estos hagan otra cosa que enviarles a los civilizados policías daneses para que les quiten el frío con sus porras…
Y Obama volvió en su Air Force One a su rico país ovacionado por los riquísimos bancos a los que salvó de la quiebra, Zapatero que parece que estuvo allí aunque nadie le vió volvió a hacer gala de su inquebrantable y empalagoso optimismo en su país de cuatro millones de parados… y los demás nos quedamos con la sensación de que una vez más nos tomaron el pelo y tenemos lo que nos merecemos, que no es más que un mundo contaminado, lleno de hambrunas y de guerras injustas…
Y esto es todo amigos, disfruten de lo que queda, coman, beban y procreen, y el que venga detrás que arree… Es lo que hay…
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