miércoles

LA ESQUINA. SER COSTA DE LA LUZ. 04.02.10

Normalidad
Hola, ¿qué tal está?... No sé si estará de acuerdo conmigo, pero yo creo que el ser humano es un animal de costumbres que suele ver como normal aquello que solo es repetición estadística… Al final, cuando algo se da con frecuencia acaba uno aceptando que esa es la realidad verdadera, por decirlo de forma redundante, aunque sea una injusticia manifiesta o subvierta las más elementales leyes de la física…
Si un día, pongamos por caso, le cuentan en el telediario que hay políticos honestos y coherentes usted puede que no lo crea porque da la sensación de que hay muchos más que son corruptos y mentirosos, aunque lo normal debiera ser lo otro… Si le cuentan que los gobiernos han puesto todo su esfuerzo en erradicar el hambre del mundo rebajando sus inversiones en armamento, usted creerá que se trata de una inocentada, cuando lo natural sería que se empeñaran en acabar con las sinrazones… Para eso les votamos por otro lado…
Usted que paga religiosamente sus impuestos espera que cuando entra en un edificio público levantado con su dinero y en el que trabajan personas cuya labor se sustenta en el servicio a la comunidad le traten como mínimo como a un ser humano… Pero no, tiene que vaciar sus bolsillos de todas sus intimidades, pasar por debajo de un arco de metal ante la mirada de pocos amigos de un segurata que le conminará a pasar de nuevo si aquel artefacto pita… La humillación puede llegar al extremo de hacerle quedarse sin su cinturón y sus zapatos… Pero instaurados en la normalidad de la paranoia, en la que la seguridad se impone por encima de la dignidad personal, incluso puede que sonriamos y hagamos alguna broma… Pero, no, no creo que sea normal que te traten como a un delincuente precisamente a la entrada de Hacienda, en los juzgados o en cualquier Consejería…
Deberíamos rebelarnos contra la estadística, que es una pseudociencia al servicio de los poderosos… Pero aquí seguimos pasando debajo de los arcos de metal como si de un pase de modelos se tratase…
En fin, otro día hablaremos del gobierno y de la anormalidad que supone dar pasos en la dirección contraria de los derechos adquiridos en esta cada vez menos sociedad del bienestar…
Sobre todo no deje que le amarguen el día, nadie puede tener ese poder…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Se supone que las cosas las vemos con tanta normalidad, que es ya apabullante. la corrupción...normal. Los más de cuatro millones de parados... normal. La incultura y la falta de inteligencia de algunos políticos... normal.Que el Señor Zapatero se valla a desayunar con el Señor Obama con oración incluida, normal.
Por lo tanto propongo un himno a la normalidad,y actuemos como los tres monítos no escuchar , no oír y no ver.
...Y totalmente de acuerdo contigo Antonio, magnífico comentario.