miércoles

LA ESQUINA. SER COSTA DE LA LUZ. 11.03.10

Clarines
Hola, ¿qué tal está? Por una vez y sin que sirva de precedente voy a entrar al trapo… Voy a hablar de toros… No es mi intención tomar la alternativa, ni, por supuesto entrar a matar, así que perdónenme los aficionados si me comporto como un vulgar maletilla…
Quizás lo primero que habría que explicar es por qué hacemos el paseíllo en un espacio que habitualmente está dedicado al comentario político… Pues precisamente por eso, porque hemos acabado convirtiendo la fiesta nacional en una cuestión política… Cómo creo que no es nada malo que se discuta sosegadamente de todo, démosle unos muletazos al asunto, sin ningún temor, aunque al final el morlaco acabe dándonos un buen revolcón… En este sentido, me ha parecido fantástica la iniciativa del Parlamento Catalán de organizar un mano a mano entre aficionados y antitaurinos…
Para mí, al final, los toros simbolizan la gran contradicción en la que acaba sumiéndose una y otra vez este país… Queremos ser modernos, pero no podemos vivir sin las tradiciones… Pretendemos ser una potencia económica pero nos hundimos en la crisis… Presumimos de superar las heridas del pasado pero perseguimos al juez Garzón si se mete a investigar la Guerra Civil… Es así, y así debiéramos asumirlo… Sin ir más lejos, yo soy un vivo ejemplo de esta paradoja…
Mi abuela, mujer de campo, era una ardiente apasionada de la fiesta, también lo es mi madre, que convierte las retransmisiones televisivas de las corridas en uno de sus momentos más sagrados… Si por esto fuera yo debiera haber acabado comprando el abono del tendido siete… Pero no, mi autoeducación posterior me puso del lado de los que reniegan de la muerte de los toros… Sin embargo, tengo que confesarlo, leía con devoción las críticas taurinas del maestro Joaquín Vidal y estoy atento a las faenas de José Tomás…
No entiendo cómo puede disfrutarse con el sufrimiento de un animal tan bello, pero tampoco para qué serviría cuidar con tanto mimo al toro en esas fantásticas dehesas si al final vamos a acabar matándolo… Mi empeño por entender al ser humano, en definitiva por comprenderme como miembro de esta comunidad, me ha hecho tolerar los comportamientos de mis paisanos, siempre que estos respondan recíprocamente… Tengo que confesar que no consigo ver hermosura en el sufrimiento, que estoy absolutamente en contra de que la Sra. Aguirre, terciando en el asunto, declare unilateralmente la fiesta de los toros como un Bien de Interés Cultural, pero tampoco estoy del lado de los que defienden a capa y espada su prohibición… En esto, como en otros muchos casos, acabo echando mano de una de mis enseñanzas favoritas de Mayo del 68: “Prohibido prohibir”…
En fin, lamento no haber aportado nada nuevo a uno de los grandes debates nacionales, tampoco era mi intención. Por lo menos, espero que le haya quedado claro que en “La Esquina” no vamos a escondernos tras la barrera ante ningún asunto, por muy largo que tenga los pitones…
De cualquier forma, usted tenga cuidado con que no le pille el toro…

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