Soy funcionario
Hola, ¿qué tal está? Voy a contarle algo que quizás termine con la buena relación que hemos mantenido a lo largo de estos años… Lo confieso… Soy funcionario… A esto me han llevado veintitantos años de estudio y superar una dura oposición que me dejó exhausto… Con lágrimas en los ojos tengo que revelarle que no hubiera sido posible sin mis padres, que se sacrificaron durante años para que yo llegara a esta situación…
Durante veintisiete años le he sido fiel al Estado…He cumplido con mi trabajo y mis horarios a cambio de un salario muchas veces congelado del que se han quedado con las cuotas de la seguridad social y con la que he pagado al fisco del que nunca, aunque lo deseara en secreto, he podido evadirme por mi condición funcionarial…
Como mis compañeros médicos, policías o bomberos, columna vertebral de este estado de bienestar, he soportado en silencio las críticas que muchas veces nos pintaban como sanguijuelas, quizás basadas en viejos tópicos nunca superados, mientras que con nuestros tributos se pagaban pensiones y el paro de muchos otros trabajadores…
Yo he visto, durante los últimos años del ladrillazo, como gente mucho menos preparada que yo, sin cualificación, cobraban sueldos disparatados por servicios que no estaban reglados en ninguna parte…
Recuerdo como una vez un chaval que se dijo fontanero, profesión a la que admiro por otra parte, después de 5 minutos de trabajo al preguntarle cuanto era me dijo bueno, dame 50 euros… Eso es lo que cobraba un funcionario de alto standing por un día de trabajo… Le pagué, sí…
Ahora, en esta crisis que nunca quiso reconocer, propiciada inicialmente por especuladores y mangantes de Wall Street, Zapatero propone un plan de ajuste en el que entre otras medidas habrá un recorte salarial para los funcionarios y los pensionistas…
Una vez más pagamos el pato los de siempre… A lo mejor, lo tenemos merecido por haber trabajado duro… Pero yo no puedo callar mi malestar y preguntar si los que tenían que pagar los platos rotos no deberían ser otros… ¿Los bancos a los que ayudamos con nuestros ahorros?
Ya sé que es mi culpa, yo elegí ser lo que soy, podría haber sido agente de cambio y bolsa o controlador aéreo, pero no, mi mala cabeza me llevó a ser funcionario… Pues ¡toma!...
En fin, espero que sepa perdonármelo…
Hola, ¿qué tal está? Voy a contarle algo que quizás termine con la buena relación que hemos mantenido a lo largo de estos años… Lo confieso… Soy funcionario… A esto me han llevado veintitantos años de estudio y superar una dura oposición que me dejó exhausto… Con lágrimas en los ojos tengo que revelarle que no hubiera sido posible sin mis padres, que se sacrificaron durante años para que yo llegara a esta situación…
Durante veintisiete años le he sido fiel al Estado…He cumplido con mi trabajo y mis horarios a cambio de un salario muchas veces congelado del que se han quedado con las cuotas de la seguridad social y con la que he pagado al fisco del que nunca, aunque lo deseara en secreto, he podido evadirme por mi condición funcionarial…
Como mis compañeros médicos, policías o bomberos, columna vertebral de este estado de bienestar, he soportado en silencio las críticas que muchas veces nos pintaban como sanguijuelas, quizás basadas en viejos tópicos nunca superados, mientras que con nuestros tributos se pagaban pensiones y el paro de muchos otros trabajadores…
Yo he visto, durante los últimos años del ladrillazo, como gente mucho menos preparada que yo, sin cualificación, cobraban sueldos disparatados por servicios que no estaban reglados en ninguna parte…
Recuerdo como una vez un chaval que se dijo fontanero, profesión a la que admiro por otra parte, después de 5 minutos de trabajo al preguntarle cuanto era me dijo bueno, dame 50 euros… Eso es lo que cobraba un funcionario de alto standing por un día de trabajo… Le pagué, sí…
Ahora, en esta crisis que nunca quiso reconocer, propiciada inicialmente por especuladores y mangantes de Wall Street, Zapatero propone un plan de ajuste en el que entre otras medidas habrá un recorte salarial para los funcionarios y los pensionistas…
Una vez más pagamos el pato los de siempre… A lo mejor, lo tenemos merecido por haber trabajado duro… Pero yo no puedo callar mi malestar y preguntar si los que tenían que pagar los platos rotos no deberían ser otros… ¿Los bancos a los que ayudamos con nuestros ahorros?
Ya sé que es mi culpa, yo elegí ser lo que soy, podría haber sido agente de cambio y bolsa o controlador aéreo, pero no, mi mala cabeza me llevó a ser funcionario… Pues ¡toma!...
En fin, espero que sepa perdonármelo…
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