jueves

LA ESQUINA. SER COSTA LUZ. 22.07.10

Un acto de fe

Hola, ¿qué tal está?... No sé si usted oyó hace unos días en esta misma emisora a la alcaldesa de Isla Cristina, Sra. Faneca, quién dando cuenta de la situación veraniega en Islantilla dio como dato relevante el hecho de que no hubiese sitio donde aparcar dada la gran afluencia de público… A mí no me parece positivo la falta de aparcamiento, más bien me parece fruto de la improvisación y las prisas a la hora del trazado urbanístico de nuestras ciudades y urbanizaciones…

La explosión urbanística de las dos últimas décadas en nuestros pueblos no ha traído consigo en las más de las ocasiones un aumento progresivo y coherente de los servicios necesarios: zonas verdes, espacios para aparcamientos, aceras anchas,… Es más muchas calles nuevas se han quedado igual de estrechas que las antiguas, como si se hubieran pensado con los parámetros del siglo XIX, cuando el automóvil aún no era el protagonista absoluto de la ciudad… Quizás la ambición de ocupar todo el espacio con casas y adosados ha pesado más que criterios racionales y modernos…

No quiero decir con esto, en absoluto, que el aparcamiento sea un problema de fácil solución… Como conductores, casi antes que peatones, es una de nuestras graves preocupaciones, en ciudades y pueblos, especialmente en los centros históricos que no se pensaron para los coches…

Yo soy de la opinión que aparcar en el centro es un artículo de lujo y, como tal, los ayuntamientos han de tomar medidas para disuadir a los ciudadanos, digámoslo de esta manera, de su consumo, … Para esto es necesario la existencia de un transporte público asequible y eficaz, la reserva de espacios para la circulación de bicicletas y peatones con seguridad y otras medidas que nos convenzan de que no es necesario llegar con el coche hasta la misma puerta de los establecimientos…

Dicho esto, entiendo, porque además lo sufro, que en el centro también viven y trabajan ciudadanos y que la adopción de alguna de esas medidas, como el pago obligado del aparcamiento puede suponer un agravio comparativo con tus mismos paisanos de otros barrios… Pongo por caso Ayamonte ya que lo conozco bien… Un vecino del Salón puede aparcar donde quiere o donde le dejan sin mayor compromiso, uno del centro solo aparca donde puede y además tiene que pagarlo…

Por eso, habría que empezar a pensar en arbitrar otras medidas para que los que vivimos aquí todo el año no empecemos a pensar que ha sido un error venirse a vivir al centro… Y perdone que lo diga ahora, pero es en esta época cuando aparcar no solo es cuestión de suerte sino además un acto de fe… y de paciencia…

1 comentario:

joseluis659 dijo...

Creo que llevas toda la razón. Yo vivo todo el año en Marbella, y la dificultad para aparcar cerca del casco viejo y del paseo marítimo se presenta hasta límites insospechados en los meses estivales. Los aparcamientos públicos subterráneos son insuficientes y carísimos. Yo votaría por que se creasen también, más aparcamientos en superficie y en altura, como ocurre en otros países, como Reino Unido. Así mismo, abarataría algo los aparcamientos públicos, una vez que se acrecentara su oferta, para así hacerlos más atractivos para la población general.