Me permitirá usted que aproveche la celebración este fin de semana de un par de elecciones que, aunque algo alejadas de nuestros centros de interés, pueden ayudarnos a reflexionar sobre este mundo tan lleno de sinsabores y cada vez más lamentablemente ajeno a nuestra vida real como es el de la política.
Comencemos por Madrid y las primarias socialistas… Tengo que confesarle que a pesar de mi lógica indiferencia por el resultado final, no he dejado de sentir una intima satisfacción por el hecho de que por una vez el vencedor haya sido el que menos se esperaba, el que no tenia padrinos y al que los jefes no apoyaban… Uno, que es un romántico incurable defensor de las causas perdidas, agradece la sorpresa de que todavía haya gente sin enchufes capaz de encaramarse a lo más alto del podio con solo su esfuerzo e inteligencia … Si, ya se, que como pasa siempre ahora son todos ganadores, puede que la política haya conseguido la cuadratura del círculo, pero intuyo que, al menos, hay un perdedor… Ya sabe usted, este presidente que no para de meterse en charcos y de camino salpicarnos a todos… Pero, en definitiva, conviene mirar el lado positivo del asunto y es que en política parece que los milagros son todavía posibles…
La otra elección nos lleva a un lugar del que nos separa un océano… Un enorme país que a pesar de sus potenciales riquezas fue siempre una promesa inacabada hasta que el último de sus presidentes lo ha llevado a ocupar el puesto de primera potencia mundial… Me refiero a Brasil y a Lula da Silva… En los 8 años de presidencia de este hombre, que ahora tiene que retirarse, Brasil ha desbancado a España como octava potencia mundial y, lo que es más importante, 30 millones de personas han salido del pozo negro de la pobreza más marginal… No vamos a negar que en su gestión haya habido sombras, pero como hoy estamos optimistas se trata de constatar que la persona adecuada con un equipo apropiado aplicando una política justa puede hacer avanzar a su comunidad en la dirección correcta… Conviene tener presente el dato, a veces pasado por alto de forma deliberada, que Lula es un sindicalista que procede de las capas más desfavorecidas de su país… Ahora que son todo ataques contra los sindicatos esto podría ayudar a defender la idea, si fuese necesario, de lo imprescindible de la gestión sindical en un país democrático…
En fin, que hoy es un día estupendo y los pájaros cantan… Que no se diga que aquí, desde La Esquina, también vemos el lado positivo de la política, un mundo en el que habitan, junto a seres de la tercera fase, personas que nos hacen mantener viva la llamita del optimismo…
Comencemos por Madrid y las primarias socialistas… Tengo que confesarle que a pesar de mi lógica indiferencia por el resultado final, no he dejado de sentir una intima satisfacción por el hecho de que por una vez el vencedor haya sido el que menos se esperaba, el que no tenia padrinos y al que los jefes no apoyaban… Uno, que es un romántico incurable defensor de las causas perdidas, agradece la sorpresa de que todavía haya gente sin enchufes capaz de encaramarse a lo más alto del podio con solo su esfuerzo e inteligencia … Si, ya se, que como pasa siempre ahora son todos ganadores, puede que la política haya conseguido la cuadratura del círculo, pero intuyo que, al menos, hay un perdedor… Ya sabe usted, este presidente que no para de meterse en charcos y de camino salpicarnos a todos… Pero, en definitiva, conviene mirar el lado positivo del asunto y es que en política parece que los milagros son todavía posibles…
La otra elección nos lleva a un lugar del que nos separa un océano… Un enorme país que a pesar de sus potenciales riquezas fue siempre una promesa inacabada hasta que el último de sus presidentes lo ha llevado a ocupar el puesto de primera potencia mundial… Me refiero a Brasil y a Lula da Silva… En los 8 años de presidencia de este hombre, que ahora tiene que retirarse, Brasil ha desbancado a España como octava potencia mundial y, lo que es más importante, 30 millones de personas han salido del pozo negro de la pobreza más marginal… No vamos a negar que en su gestión haya habido sombras, pero como hoy estamos optimistas se trata de constatar que la persona adecuada con un equipo apropiado aplicando una política justa puede hacer avanzar a su comunidad en la dirección correcta… Conviene tener presente el dato, a veces pasado por alto de forma deliberada, que Lula es un sindicalista que procede de las capas más desfavorecidas de su país… Ahora que son todo ataques contra los sindicatos esto podría ayudar a defender la idea, si fuese necesario, de lo imprescindible de la gestión sindical en un país democrático…
En fin, que hoy es un día estupendo y los pájaros cantan… Que no se diga que aquí, desde La Esquina, también vemos el lado positivo de la política, un mundo en el que habitan, junto a seres de la tercera fase, personas que nos hacen mantener viva la llamita del optimismo…
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