jueves

LA ESQUINA. SER COSTA DE LA LUZ. 21.10.10

Abucheos

Hola, ¿qué tal está?... Déjeme que comience hoy con una pregunta directa… ¿Es posible obligar a un maleducado a que se comporte con urbanidad y decoro?... Yo creo que no porque básicamente el gamberro desconoce las reglas elementales del buen comportamiento…
Permítame que plantee otra cuestión que puede estar relacionada con la anterior… ¿Se puede prohibir que cualquiera en la calle y en el uso de su libertad de manifestación exteriorice su enojo con una situación o un personaje público que piensa que no lo está haciendo bien? Entendiendo que los límites están en la agresión verbal o física pienso que es bastante complicado y peligroso obligarnos a no exhibir públicamente nuestro enfado, porque se puede estar atentando contra el sagrado derecho a la libertad de expresión…
Seguro que sabe a qué viene este interrogatorio… Efectivamente, se debe a la propuesta de la Ministra de Defensa de prohibir los abucheos en determinados actos de nuestros ejércitos…
Nada más conocerla me sorprendió la idea… Tengo que confesar que Carme Chacón es para mí uno de los políticos más interesantes en el, bien es verdad, yermo panorama nacional… Pero se trate de un desliz decidido en caliente por haberle deslucido el desfile o de un propósito intencionado y consciente, es, en definitiva, un disparate imposible de cumplir…
En primer lugar, un político es un personaje público que al tomar decisiones se arriesga a no contentar a todos y a que los insatisfechos se lo hagan saber de mil y una maneras… De alguna forma, un gobernante lleva en el sueldo la exposición pública con todas sus ventajas e inconvenientes… No todo van a ser aplausos y vítores…
En segundo lugar, es aventurado intentar prohibir manifestaciones y expresiones en la vía pública, siempre, insisto, que no lleguen a la agresión o al escarnio, sin vulnerar un derecho fundamental por el que hemos luchado tanto, como es el de la libertad de expresión de las ideas… Se empieza intentando regular los abucheos y terminamos todos desfilando a paso tambor…
En fin, ministra, con todo el respeto y la admiración que le profeso, no se puede poner firme a todo el mundo por muy jefa de los ejércitos que usted sea… Y si el asunto está en la educación de la tropa civil me atrevo a sugerirle que una parte de los presupuestos de defensa pasen a educación…
¡Qué tenga usted un buen día!

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