sábado

LA IZQUIERDA ESTÁ ESCONDIDA

Tras las elecciones europeas en los que la izquierda ha alcanzado unos resultados desastrosos la pregunta podría ser: ¿Cómo es esto posible en una situación en la que el capitalismo ha dado muestras de insolvencia y falta de futuro? o ¿Cómo es esto posible en una situación tan favorable a las propuestas anticapitalistas que ha liderado la izquierda?
La respuesta, en su gran complejidad, puede empezar con una evidencia: antes y después la izquierda está desaparecida. Si sales a la calle, en cualquier situación en la que se mueva ese pueblo con el que los programas de la izquierda se llenan la boca: fiestas populares, romerías, bares de barrio, paseos y plazas, a los que se conocen en los pueblos y ciudades como los líderes de la progresía no se les ve...
La izquierda ha renunciado a la calle. Ajenos a multitudes, sigue automarginándose en pequeños grupúsculos, en minúsculas cédulas, como en los añorados viejos tiempos... De hecho, lo que trasciende de esa izquierda agazapada es la voz cavernosa de algún viejo y oxidado comunista en las barras de los bares...
La necesaria renovación debe comenzar por ganar los espacios públicos en los que siempre la gente de la izquierda se ha movido demostrando poseer los valores necesarios para conseguir una comunidad saludable, solidaria y moderna.
Pero, ¿por qué permanece escondida la izquierda en estos tiempos tan necesitados de su participación en la vida pública?
Una razón podría ser que las ideas se hacen viejas porque las personas que las sustentan han ganado en años... No hay cantera... Los viejos lobos no solo ganaron tripa sino que han reproducido en la seguridad de sus hogares muchas de las formas de la burguesía que en otro tiempo despreciaron...
Ahora con la arrogancia intelectual que les da su experiencia y preparación desprecian la calle en la que, dicen, solo hay ruido y botellones. Y aún siendo verdad, lo cierto que es lo que hay... No se puede pretender cambiar nada sino es desde la acción en esos rincones...
La izquierda tampoco ha entendido que para que suceda algo nuevo tiene que acabar con el pasado de una vez por todas... No podemos seguir manteniendo las mismas estructuras, los mismos discursos e, incluso, los mismos dirigentes...

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