martes

VINILO VS. CD

Desde que el hiperactivo Edison inventase hace ya más de 100 años un aparato capaz de reproducir una y otra vez los sonidos que previamente habían sido grabados, los humanos no hemos cejado en el intento de mejorar los envases dentro de los que pudiéramos conservar eternamente la música…
Parece lógico ese afán entre los creadores por su evidente afán de trascendencia que a veces esconde el amor primario de los padres por sus queridas obras, a las que desea vida infinita…. Nosotros, los simples mortales, nos conformamos con poder oír una y otra vez las canciones que aquellos soñaron, esas que nos hacen adivinar paraísos posibles tras nuestras monótonas existencias… Al fin y al cabo, la música que amamos es una droga de increíbles poderes alucinógenos…
Para las culturas sedentarias, en las que nos sentimos tan cómodos y tan seguros, la grabación de los sonidos, al igual que los medios de reproducción gráfica, ahí están el cine o la fotografía, ha permitido que podamos acercarnos a otros mundos y a otros tiempos… Desaparecida casi por completo la transmisión oral de las tradiciones, si exceptuamos el marginal folklore de raíz, quizás sea este valor temporal el más apreciable… Viajar en el túnel del tiempo empezó a ser posible con el fonógrafo, el daguerrotipo y el cinematógrafo…
De esta manera, hemos visto pasar ante nuestros oídos infinidad de formatos (pizarra, vinilo, cartucho de cinta, revox, cassette, minidisc, cd, mp3,…) que han intentado mejorar las grabaciones y su posterior audición… De nuevo, ese esfuerzo de los inventores se ha visto correspondido de nuestra parte llenando las estanterías con sus propuestas…
Sin embargo, el progreso técnico, lineal en la comodidad para acceder a las canciones, no ha ido paralelo con una mejora en las condiciones de la audición… Esto ha ido generando un debate sin fin, que a mí se me ha antojado siempre estéril, entre las diferentes formas de reproducir el sonido, que al final podemos resumir como una pelea entre lo analógico y lo digital, para concretar, ya que nos viene al pelo, entre el vinilo y el cd… En la que, por cierto, ya se sabe quién es el vencedor…
Pero aunque sea una batalla en la que David tiene todas las de perder, lo que no deja de ser cierto es que algo hay que demuestra que caminamos hacia la miseria sonora… Ahí están las imágenes de adolescentes oyendo música por un móvil, en la que no solo no se sabe el título de la música, ni el intérprete, mucho menos el año, sino que si lo que suena es un saxo o un bombo….
Sabido esto, no está de más aclarar que Fuckin´Vinilos no tiene nada que ver con la moda del vintage, tampoco es una pose que tome partido por uno u otro formato, se trata solo de una simple excusa para tener una fiesta, sacar el polvo a nuestros viejos discos y descubrir alguna canción olvidada,….
Al fin y al cabo, el sentimiento que despierta la música es el mismo ya sea tocada desde el fondo de una caverna con un tam-tam o con el más sofisticado de los ipod…

1 comentario:

Anónimo dijo...

aquí debería de haber una manita para arriba, como en el circo romano, para salvar y colocar con énfasis en la retina este texto...